Ser abogado es una gran pasión que nos mueve día con día a todos los que nos dedicamos a esta profesión.
Desde mi comienzo al involucrarme en el estudio del Derecho me di cuenta de que la reflexión y el razonamiento que implica traen una gran satisfacción. Explorar un tema, entender su fondo y origen, profundizar los motivos por los cuales como sociedad llegamos a cierta solución ante un problema, entre muchos otros beneficios, es un privilegio.
Posteriormente, al comenzar mi desarrollo profesional en la práctica jurídica y durante toda mi trayectoria hasta ahora en el ejercicio de la abogacía, también caí en cuenta de que el disfrute de su estudio y ejercicio traen aparejada una enorme responsabilidad hacia las personas que asistimos y, en última instancia, hacia la sociedad en su conjunto. Y es, precisamente por esto, que encuentro en ser abogado una gran pasión. No es una responsabilidad limitadora o apabullante, es una responsabilidad que impulsa a dar lo mejor de uno mismo cada día, caso por caso, grande o pequeño.
Independientemente de la materia a la que nos dediquemos, ser abogado es una oportunidad de ayudar a otros y de tener un impacto que llega más allá de un cliente en particular.
David Ferreyra
Considero que ser abogado es una profesión muy noble, ya que brinda la oportunidad de aportar, aunque sea con un pequeño grano de arena, en un mundo donde la justicia no siempre es una constante.
Me apasiona la posibilidad de buscar y desentrañar la verdad con el fin de alcanzar un resultado justo desde una mirada objetiva, y así poder darle a cada quien lo que le corresponde.
También valoro que se trate de una profesión tan amplia, con múltiples áreas en las que uno puede desarrollarse, y que además permita ejercer de forma independiente, lo cual le añade un valor adicional muy especial.
Asimismo, creo que ser abogado te impulsa a estar en constante aprendizaje. Cada caso, cada situación, exige ser analizado desde distintos ángulos, comprender diversos contextos y adaptarse. Esa necesidad de actualización permanente, de estudio y análisis profundo, es precisamente lo que hace que esta profesión me resulte tan fascinante.
Disfruto mucho analizar casos complejos, desmenuzar argumentos, buscar vacíos o matices en la ley, y construir una narrativa sólida. Me fascina el ejercicio mental: estar constantemente aprendizaje, actualizándome, perfeccionando la forma de pensar, de argumentar y de persuadir con lógica y claridad.
Erick Solana
Soy Susana Avilés López, mexicana, abogada y especialista en Derecho Laboral.
Nací y crecí en un pequeño pueblo del estado de Veracruz, donde aprendí, gracias a mis padres, el valor del esfuerzo y la responsabilidad. Ellos me dieron las herramientas más valiosas para la vida, siendo la más importante de todas, la posibilidad de estudiar, porque a través de este privilegio encontré no solo una carrera, sino un propósito.
En 2010 me gradué como Licenciada en Derecho, y aunque no tenía muy claro a qué rama me dedicaría, sí tenía una certeza: quería marcar la diferencia.
Mi primer empleo fue en una Notaría y, aunque no era el área que me llamaba la atención, fue una etapa importante que me dio una base sólida para lo que vendría después. Fue así, que en 2011 llegó la oportunidad de integrarme a un despacho de litigio laboral, y desde entonces supe que había encontrado mi vocación.
Desde el primer día de trabajo comparecí en una audiencia y sentí la mezcla de adrenalina, nervios y emoción que hasta la fecha me acompañan en cada una de ellas.
El Derecho Laboral me ha llevado por diversos caminos y me ha hecho entender que es profundamente humano, su base, no son las leyes o procedimientos, sino las personas, sus relaciones de trabajo y como se equilibran entre sí. Además de esto, mi camino se ha enriquecido, pues hoy también me dedico a la consultoría de materia legal laborar, y lejos de alejarme de mi primer “amor”, he descubierto que ambas áreas se complementan entre sí.
Agradezco haber elegido esta profesión, porque mi trabajo me reta, me inspira y me permite crecer, no solo como abogada, sino como ser humano. Y aunque tal vez no he marcado la diferencia, sé que haciendo mi trabajo puedo contribuir a construir entornos más justos, más humanos y más dignos para todos.
Susana Avilés